Las estaciones base de telefonía móvil, tal y como las conocemos, tienen sus días contados.
Las operadoras y los instaladores, siempre tan sensibles a la "falta de belleza y armonía" de los típicos mástiles, no han dudado en invertir tiempo y dinero en crear entornos más agradables para los ciudadanos. Donde antes había una monstruosa torre, ahora encontramos una graciosa chimenea.
Por supuesto, esto nada tiene que ver con la dificultad de concesión de permisos de obra y actividad o la renovación de los contratos de alquiler o con el rechazo vecinal.
Las operadoras y los instaladores, siempre tan sensibles a la "falta de belleza y armonía" de los típicos mástiles, no han dudado en invertir tiempo y dinero en crear entornos más agradables para los ciudadanos. Donde antes había una monstruosa torre, ahora encontramos una graciosa chimenea.
Por supuesto, esto nada tiene que ver con la dificultad de concesión de permisos de obra y actividad o la renovación de los contratos de alquiler o con el rechazo vecinal.
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